viernes, 29 de enero de 2010

EL DESIERTO DE LA ILUSIÓN

Comienza la travesía por el desierto de Atacama


Las terminales de ómnibus comienzan a ser entornos habituales en mis días. Al llegar a la plataforma vimos, desconcertados, que el bus no presentaba las condiciones óptimas para semejante travesía. La gente se empujaba para subir. Mi percepción era un acierto. Los asientos apenas reclinables, el supuesto coche cama que nos habían vendido era ahora una vieja unidad que ni siquiera contaba con aire acondicionado, lo que había de parecido funcionaba a su gusto, bajo fuertes manotazos. Me dio un breve acceso de pánico de sólo imaginar que pasaríamos más de treinta y dos horas sentados en ese carromato. Después me tranquilice y lo tomé como un reto más. No bien aceleramos y mientras salíamos de Santiago de Chile, la misma chica que nos vendió los pasajes subió con unas viandas de comida servidas en bandejitas de cartón, cubiertas de plástico y un jugo de tonalidades indescifrables. “La comida no debe despreciarse decía Marcela.” No recuerdo si la comí. Empezaba a prepararme para enfrentar toda clase de desafíos.
13 de febrero de 2007, plena ruta. El bus, ocupado en su gran mayoría por peruanos, bolivianos, un dominicano –escritor evangélico-, nosotros y una pareja de canadienses que andaban rodando por el mundo. Un pequeño caserío de mucha pobreza resalta al costado. Las casas se esfuman en segundos. La aridez del paisaje nos muestra lo que será afrontar el desierto más yermo del mundo: Atacama. El océano Pacífico al bordear nuestro camino deslumbra con su belleza grisácea de ese día sin sol. Una mujer habla por celular, se ha olvidado la cédula y quizás no la dejen entrar a su país de origen. El punto de llegada más próximo se llama Arica, territorio peruano que fue conquistado por los chilenos en el año 1880. Una zona muy rica en nitrato de potasio. El murmullo del motor continúa con su marcha interminable, nos esperan casi dos mil kilómetros. Una casa blanca de madera pasó fugaz como una exhalación de luz.

Juan Pomponio 2010 © Copyright



Atravesando las curvas interminables




Junto al escritor Alexis Angulo


De pronto, el bus frena en medio de la nada. Desde una construcción derruida aparece la figura desnuda de un hombre cubierto de mugre, con sus cabellos desgreñados. Su sexo colgando entre sus piernas me hace comprender el salvajismo de ese ser que vive bajo condiciones infrahumanas. Uno de los conductores le entrega una bolsa de comida. El hombre del desierto desaparece de inmediato, hundiéndose entre las ruinas de la casucha devastada. Cuesta comprender que un ser humano pueda vivir en un paraje extraído del infierno o quizás para él se trate del paraíso. Nadie puede saberlo.
Vamos sobrecargados. De tanto en tanto el conductor nos hace parar y nos envía a todos hacia delante del bus para que, al pasar por una balanza, obtenga el peso exacto. Es muy graciosa la escena. Vamos y venimos. El aire acondicionado funciona mal. Hace mucho calor y el hedor humano camina por el aire con una pesada carga de humores diversos.
Juan Pomponio 2010 © Copyright

La aridez del Atacama








Hemos rodado en un espacio sin tiempo por el desierto que parecía no tener fin, y llegamos a Tacna. Ciudad y capital del departamento homónimo del Perú en el valle del río Caplina, rodeada por los cerros de Mogollo y La Punta a 562 m de altitud. Puede decirse que el desierto comienza donde acaba la ciudad, pues ésta, en su rápido crecimiento, incorpora terreno del mismo. La ciudad sirve de importante centro agrícola (vid, tabaco, arroz, algodón, frutales, hortalizas, caña de azúcar), lo que ha originado la aparición de una industria de transformación: vino, conservas de vegetales, licores, curtidos, entre otros. Fundada en 1615, fue asediada por piratas en 1681 y destrozada por un terremoto en 1833. Su prosperidad radica en el comercio, que se beneficia por sus numerosas conexiones: puerto de Bolivia, ferrocarril de unión con Arica. Tras la guerra del Pacífico (1879-1883) pasó con Arica a Chile; en 1929 fue devuelta a Perú (Arica quedó en Chile).
Por las callecitas de Tacna pasan camionetas cargadas de pasajeros, lo hacen a toda velocidad y tocando bocina como poseídos. La tonada ha cambiado, ahora se oyen palabras típicas del lugar. El jefe del Terminal nos aconseja no caminar a ciertas horas de la noche, sobre todo cuando somos viajantes desconocidos. Nos quitamos el calzado. Los pies de Marcela están deformados por la hinchazón, le hago unos masajes para aliviarla. Tenemos que esperar alrededor de tres horas para hacer la combinación con otro bus que nos dejará en la mítica ciudad del Arequipa. Hago un poco de ejercicio físico para mover mi cuerpo, flexiones de brazos y algunas posturas de yoga. Una música de quenas y charangos acude dulcemente. Ahora recuerdo el nombre del geólogo canadiense que nos había acompañado en el ómnibus del terror de Santiago a Tacna, se llama Robert. Y el escritor dominicano Alexis Angulo.
Mientras estábamos sentados y esperando, veo como una mujer que llevaba un bolso con mucha ropa, comienza a colocarse pantalones uno encima de otro, lo mismo hace con unas chaquetas. Le pregunto, “Señora, ¿por qué se pone tanta ropa?” Y con su mirada triste me dice: “Mi hijo, tengo que mantener a mi familia. Salgo a vender ropa, pero si la policía nos atrapa nos roba la mercancía porque no nos dejan vender nada. Mi marido está enfermo y soy la única que para la olla, entonces así, trato de que no me descubran.” Dice que los policías los persiguen porque ellos evaden los impuestos y no quieren que vendan en la calle. Los maltratan, suben a los buses, les quitan todo y ellos se guardan la mercancía. Marcela le compra dos pantalones. Seguimos ahí. Las tres horas que supuestamente teníamos que esperar se transforman en seis. A las nueve de la noche llega otro bus, peor que el anterior. No tiene aire acondicionado y ¡sin baño! Paciencia. Tenemos que tener mucha tranquilidad y afrontar lo que sea.

Callecita de Tacna (Perú)



Agotado en Tacna

viernes, 1 de enero de 2010

I GIRA POÉTICA "HUELLAS DE FUEGO 2007/09"

En este blog titulado LA SENDA DEL ALMA, quiero registrar y compartir con todos ustedes, la historia del periplo en bus por América del Sur que se llamó I GIRA POÉTICA "HUELLAS DE FUEGO 2007/09", atravesando con la fuerza de mi alma los países de: Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela; en una odisea de poesía e intensa locura por la vida.

Un gran abrazo de luz para todos ustedes.

Juan Pomponio Castiglione

Ranelagh (Buenos Aires) 1 de enero de 2010


GESTACIÓN


LA SENDA DEL ALMA (HISTORIA DE UN VIAJE)

GESTACIÓN

En mi cuarto, sentado frente a la computadora, rodeado de libros y en el seno de un gran amor que acompañaba mis pasos comenzó a incubarse la historia del viaje que llevaría adelante a través de América del Sur. Fueron varios meses de intensos preparativos en todos los niveles del ser, emocional, físico y espiritual. El desafío se veía enorme y la realidad clavaba estiletes de temor a mi corazón. Contemplaba todo como si fuese la última vez pues, el desapego, ya funcionaba en mi alma. Siempre que miramos puede ser la despedida, en esta vida todo es impermanencia. Los objetos y seres queridos, la mirada de Hermes, mi perro, el amor de mi madre, los amigos. Todo se diluía, encaminándome hacia un periplo que dejaría su marca indeleble. Estaba muriendo a esa vida conocida, esperando renacer en otros parajes de la existencia. Muerte y resurrección, de eso se trataba.Luego de bucear durante más de un año, en un océano de redes virtuales, empezaron a llegar los contactos y las invitaciones de otros poetas. Una trama diagramada por el destino iba forjando aquel presente y la profunda convicción que sentía de lanzarme enteramente a los caminos. En Santiago de Chile me esperaría el poeta Luís Ariasmanzo, gran amigo y guerrero, que había estado un año antes en la casa de mi madre en Buenos Aires (2006). En Lima (Perú) me recibiría el poeta Feliciano Mejía. Al mismo tiempo y desde Villavicencio (Colombia) llegan las invitaciones de Winston Morales Chavarro, otro loco poeta, y Cruz Alejandro Yayes, filósofo y sexólogo de San Cristóbal (Venezuela).

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MI CUARTO DE RANELAGH (BUENOS AIRES)



LA COMPRA DE LOS PASAJES A SANTIAGO DE CHILE

Recuerdo con total nitidez el día que estaba parado frente a la ventanilla donde vendían los pasajes para Santiago de Chile. Estaba feliz, con mariposas revoloteando en mi estómago, una sensación muy extraña se apoderaba de mi cuerpo. Compré dos, servicio ejecutivo en un bus cama. Quería irme. Además, partía con la mujer que amaba, la única que comprendía mi travesía, nuestra travesía porque saldríamos juntos. Fecha de salida: 8 de febrero de 2007 a las seis de la tarde desde el Terminal de Retiro, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital populosa de Argentina recostada sobre la margen occidental del Río de la Plata. Fundada por Pedro de Mendoza en 1536 y vuelta a fundar por Juan de Garay en 1580. Buenos Aires es una de las mayores metrópolis del mundo.
Nos esperaba un viaje de veintidós horas. Estaba dejando todo por la poesía, negocios, auto, el trabajo en la escuela, la comodidad de mi casa, el amor de mi madre, la pureza de mi perro, la familia, el barrio y los amigos de siempre. Pegaba el gran salto del guerrero hacia el vacío, asido de la nada, sólo con la fortaleza de mis entrañas, desprendiéndome de todo por un sueño que había germinado como una enredadera luminosa en mi corazón de poeta. Recorrería la vida con la poesía lloviendo de cada poro de mi piel, creyendo que todo es posible y entregado a la voluntad de Algo que vibra más allá del velo de lo aparente.

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TERMINAL DE RETIRO (BUENOS AIRES)



Foto: www.lanacion.com.ar

EL CAMINO HACIA LA CORDILLERA DE LOS ANDES

Salí de mi país sin el apoyo cultural y financiero de nadie. Sólo llevaba unos pocos ejemplares que me quedaban del primer libro que escribí titulado “Salvaje” (Ed. Ultimo Reino 2002) y una abundante carga de FE. De las autoridades políticas la colaboración más grande que he recibido fue toda su desidia cultural hacia mi trabajo como poeta. Ellos fueron el alimento de mi espíritu para que nunca abandonara el sino de mi corazón. ¡Aliméntense de las adversidades o circunstancias que la vida les ponga a su paso! Ellas amoldan nuestro camino. Nunca se alejen de lo que sientan. Sigan el sendero que ustedes creen que es verdadero. Hagan siempre lo que aman hacer, sea lo que sea. El mayor éxito reside en ser feliz ahora mismo. La fama y el dinero son fantasías de una mentalidad mediocre. Si esto llega a nosotros como consecuencia de nuestro trabajo ¡Bienvenido sea! Sólo que uno tiene que encontrarse más allá de esas limitaciones impuestas por el eg

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PASO FRONTERIZO HACIA SANTIAGO DE CHILE



Foto: www.terra.es

A 3200 m de altura no siento nada raro. Una brisa fresca nos trae el saludo de los Andes. Tenemos que esperar y mostrar nuestros documentos para que nos dejen pasar. ¿Dónde está la libertad del Ser? En el cielo astral, entre dos montañas nevadas, flota una media luna en pleno día. La cordillera impone su máximo respeto. Me inclino ante ella y entrego mi viaje en sus manos. Un perro descansa recostado sobre las piedras. Unas florcillas blancas y amarillas resaltan vigorosas entre unas botellas de plástico abandonadas por seres insensibles. ¡Civilización! Y nos consideramos cultos y educados… Una pequeña nube pasea su blancura debajo de la luna que se ha quedado despierta observando nuestro paso hacia tierras chilenas.
Desde el complejo fronterizo “Los Libertadores”, aunque él no lo sepa, saludo en su cumpleaños – hoy 9 de febrero- al amigo y poeta peruano Feliciano Mejía Hidalgo. Estamos a punto de ingresar a la patria de Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro y de tantos otros poetas ignotos que aman la poesía. ¡Ilustres desconocidos que trabajan por la palabra!
La burocracia y el papelerío de los carabineros (gendarmes chilenos) resulta una pesadez. Mientras nos revisan y husmean nuestros equipajes, Marcela bromea con uno de ellos. Hay que tener paciencia, saber esperar, y mientras lo hago dejo que la tinta fluya en ésta gira poética. El día que la humanidad comprenda la inutilidad de las fronteras, todo renacerá en una verdadera fraternidad universal. Al mirar nuestras cédulas y comprobar que somos, aparentemente inofensivos – no se dan cuenta que llevo un cargamento explosivo de metáforas-, nos autorizan a ingresar legalmente a Chile.

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EN LA CASA DEL POETA LUIS ARIASMANZO



BIBLIOTECA DEL POETA


Al ingresar, salieron unos duendes, volaron algunas metáforas y nos topamos con una casona antigua, poblada de libros, pisos de madera y decorada con una belleza pulcra. Nos da un cuarto muy confortable y más tarde aparece su compañera, la poeta brasilera Marcia Motta quien nos recibe con mucho cariño. En la casa de Luís Ariasmanzo, Secretario General de Poetas del Mundo, se respira una atmósfera literaria. En Santiago de Chile sólo participé de algunas tertulias; nos dedicamos a reponer energías, hablar, beber ricos vinos, recorrer la ciudad y conocer a sus amigos. ¿Cómo olvidarme del artista plástico Ignacio Briceño? Un gran personaje que le alquila un cuarto a Luís. Más tarde conocí a un hombre maduro, francés, que había escalado los picos más altos del mundo incluyendo el Everest. La estadía en su casa fue muy positiva.


NOCHE DE POESÍA CON AMIGOS DE LA VIDA (SANTIAGO DE CHILE)

La vida continúa despertando mi admiración y encanto hacia la poesía. Ya no puedo retroceder. Estoy lanzado como un cohete hacia el espacio. La verdadera importancia de la I Gira Poética “Huellas de Fuego”, no es solamente promocionar mi poesía, sino también resaltar el trabajo de otros poetas, trazar un sendero imborrable en la memoria de todos. Tenemos que conocer la obra de Luís Ariasmanzo, un hombre que tuvo que exiliarse en Francia cuando Chile era azotado por un ser bestial como Pinochet. En un poema que Luís le escribió al aniversario de su sobrina Melanie Gómez en el aniversario por su primera década nos muestra su pluma:

“Quise ponerme tierno y no pude/
Miré las flores de mi jardín/
Y las plantas que crecen por ahí
/Junto a malezas que invaden el territorio/
Miré, miré y miré/
Buscando una inspiración tierna/
Y seguí mirando/
y no pude/
Porque todo lo que vi/
Se caía a pedazos en mi corazón. /
¿Que poema te puedo cantar Melanie?/
Si tengo tanto dolor. /
Miré el presente desconcertante/
Y quise cerrar mis ojos/
Para buscar los colores de la primavera/
La que te vio nacer hace diez años/
Y no pude/
Sólo imágenes desgarradoras se presentaron/
Entonces quise callarme/
Y no pude/
Porque mi alma sangró tinta en el papel. /
¿Que poema te puedo cantar Melanie? /
Si tengo tanta vergüenza. /
Miré, miré y miré/
Y al final del túnel negro te vi/
Encantadora e inocente
/Sonriente y feliz/
Esperanzadora y sabia/
Y sólo entonces te pude escribir
/Para decirte/
Feliz cumpleaños Melanie/
Y que todas las flores sean para ti.”


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